iglesia. A partir de este ahora, la pertenencia a ese pueblo no depende de ascendencia, color de piel, raza o familia sino de la confesión de Jesucristo como Hijo de Dios y del reconocimiento personal de que Él es el salvador. Estos versículos abren la oportunidad para que todas las etnias entren a formar parte de su reino. Dios deja un claro mensaje: todos los pueblos son iguales a sus ojos cuando envió a su Hijo Jesucristo para que toda persona, de cualquier pueblo, etnia o raza que confiese que
Page 42